Este tipo de atributos pueden ser uno de los pilares para vivir los valores compartidos por la familia, así como asegurar su trascendencia.
Una empresa necesita de la comunidad, como la comunidad necesita de la empresa. Las organizaciones no funcionan de manera aislada respecto a la sociedad, por esta razón deberíamos ocuparnos en hacer algo; los beneficios de crear un ciclo virtuoso de prosperidad entre la empresa y la comunidad tienen mayor impacto que iniciativas aisladas ante conflictos tan grandes como los ambientales y sociales.
Para reconstruir el tejido social y construir una sociedad más justa, es necesario pasar de la idea y el discurso a la acción. Es preciso vivir la solidaridad con los que menos pueden, tienen y saben, para esto es indispensable una labor colaborativa. Trabajar en consecuencia para proponer, cabildear, cuidar, acompañar, articular y resolver los retos que como sociedad tenemos hoy y para el futuro.
Nuestra sociedad se modificará y se hará más sensible y solidaria en la medida en que cada uno nos hagamos más conscientes de esa realidad, y a nuestra actuación responsable le preceda la intención y la habilidad para conseguir los fines nobles que deben acompañar a toda acción humana.
4 Pasos
La Empresa Familiar Responsable es al menos en cuatro campos:
Debe mirar por el futuro y la continuidad de la empresa.
Debe crear valor y servicio con calidad a sus clientes.
Debe contribuir al desarrollo de todos los agentes productivos con los que se vincula.
Debe atender solidaria y subsidiariamente las necesidades de la sociedad en la que vive.
La responsabilidad social no se puede concebir sin que primariamente exista responsabilidad personal y ésta sea fomentada en las familias. Por eso la Empresa Familiar y particularmente las familias empresarias en las que se pone primero el acento en las personas, son las que más contribuyen a crear riqueza y empleo, al tiempo de transformar la sociedad con sus proyectos, ejemplo y congruencia de vida.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y la Filantropía, aunque no tienen el mismo significado, su principal objetivo es ir más allá del beneficio económico, la RSC en la empresa y la filantropía tienen como sujeto a las personas, las familias o la sociedad.
Una empresa familiar puede ser responsable y contribuir de distintas formas: realizando actividades filantrópicas, o llevando la responsabilidad social corporativa a la práctica; haciendo colaboraciones directas ya sea en especie, en persona, o en forma económica a comunidades necesitadas, fundaciones o asociaciones.
Las empresas familiares tienen especial tendencia a participar en iniciativas sociales y ser más responsables en benefi cio de otras personas, entre otras razones por lo siguiente:
Por su enfoque familiar, en algunas ocasiones la empresas familiares suelen poner más atención en las personas, están motivadas por las causas humanitarias y sociales.
Por su sentido de pertenencia y arraigo a una localidad, en muchas ocasiones la familia se identifica con la comunidad en donde está presente, por lo que se involucra en el desarrollo de esta no sólo con la generación de empleos.
La empresa familiar, por naturaleza, está orientada a una visión estratégica a largo plazo, pues uno de sus objetivos es trascender a través de diferentes generaciones, por lo que les interesa mantener un ambiente de negocios saludable para el futuro.
Se caracterizan por tener un sentimiento de trascendencia, las acciones del presente pueden afectar la viabilidad de la empresa a largo plazo, por tanto la viabilidad de las siguientes generaciones.
Según un estudio realizado en el 2014 por la Universidad de Kennesaw en los Estados Unidos a más de 2,000 empresas familiares intergeneracionales alrededor del mundo, más de la mitad realizan actividades de responsabilidad social corporativa, alrededor del 80% de las grandes empresas familiares llevan a cabo acciones filantrópicas y cerca del 50% de las empresas familiares tienen o participan en alguna labor social a través de alguna fundación.
No existen estudios similares para México, pero desde la práctica observamos que la RSC o la filantropía en nuestro país todavía tienen un largo camino por recorrer en donde hay mucho por hacer.
Algunos de los beneficios asociados a estas iniciativas en las empresas familiares:
Permite transmitir a las siguientes generaciones el valor de la generosidad y el trabajo al compartir su riqueza y sus capacidades.
Involucra a aquellos familiares que no están directamente en la gestión del negocio.
Prepara a las siguientes generaciones al responsabilizarlos en un proyecto donde se esperan resultados y es posible medir su impacto.
Motiva a los colaboradores y crea un lazo entre ellos y la empresa.
Aprender a trabajar en una dinámica familiar donde todas las generaciones estén involucradas.
En muchas ocasiones, las iniciativas sociales llevan el nombre de la familia, y ello puede representar una cuestión de unidad y orgullo familiar.
Palancas de servicio a la comunidad
Identificar y apoyar una causa social
Apoyar otras causas con recursos de la empresa
Prestar servicio comunitario
Educar en la responsabilidad personal, social y corporativa
Crear valor compartido con otros stakeholders y con la comunidad
¿Por qué las Empresas Familiares deberían ocuparse?
Existe la necesidad de un cambio de rumbo hacia el bien común global, donde no podemos ser indiferentes, cada vez más se necesita de honestidad, valentía, justicia, solidaridad, pero sobretodo de responsabilidad. No se puede continuar con acciones aisladas ante problemas ambientales y sociales de alcance global. La sociedad y específicamente los consumidores, cada vez más, esperan que exista un compromiso real por parte de la sociedad, y entre otras, por parte de las empresas para que éstas vayan más allá de sus objetivos económicos y tengan un rol más claro y determinante en asuntos ambientales, sociales y políticas de desarrollo.
Entre los retos donde podríamos promover alguna iniciativa de RSC, son: la pobreza, el hambre, el desarrollo de las personas, el medio ambiente, la contaminación, el agotamiento de los recursos, el calentamiento global, la pérdida de la diversidad de la flora y fauna y las injusticias sociales, entre otros.
Sería imposible combatir estos problemas con las acciones de unos cuantos, pero la empresa familiar, entre otras, puede ser un vehículo de cambio, donde empecemos a ocuparnos de:
Disminuir la corrupción desde nuestro comportamiento ético, cumpliendo y haciendo cumplir la aplicación de las normas.
Mitigar los efectos secundarios de las actividades de producción.
Cumplir con las leyes y los estándares de seguridad y calidad.
Educar con el ejemplo dentro de la empresa, donde toda acción tiene una repercusión en nuestro entorno, el cual debemos tratar de minimizar o bien reparar el daño.
Desarrollar hábitos que cambien la toma de decisiones en la empresa, minimizando la indiferencia por nuestras acciones cortoplacistas. Las decisiones no se deben tomar sólo con base a los dividendos para los accionistas, debemos considerar todos los efectos indirectos de estas decisiones.
Participar activamente en la comunidad en donde operamos.
Impulsar iniciativas en la empresa familiar alrededor del equilibrio entre la vida y el trabajo de nuestros colaboradores, salarios justos y condiciones laborales adecuadas; así como oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional.
La familia es un espacio para la educación de las personas, es el lugar donde se adquieren los primeros hábitos. Por esta razón es que a través de las familias empresarias se puede dar impulso a valores de la responsabilidad y al sentido de comunidad para atender con especial interés a las personas y adquirir mayor responsabilidad por nuestro entorno. Un mayor alcance en y de estas iniciativas, educará a los miembros de la familia y podrá impactar a todos los stakeholders de la empresa.
Sea cual sea la iniciativa que se desee adoptar, es importante en empresa y la familia:
Discutir la importancia de la responsabilidad social y relacionarla con los valores familiares y el fundador.
Identificar las causas con las que la familia o la empresa se identifica o podría estar más interesado en contribuir.
Involucrar a todos los stakeholders, no sólo a los accionistas o familiares, sino aún más importante: a los colaboradores.
Definir un propósito claro para cada una de las actividades y dar seguimiento a los resultados.
¿Cómo hacerlo?
Impulsando proyectos de emprendimiento en beneficio de la comunidad.
Realizando actividades de comercio justo, analizando nuestros proveedores actuales.
Impulsando proyectos con causas ambientales que prevengan o mitiguen el empeoramiento de los desequilibrios.
Aprovechando de mejor manera los recursos como el agua y energía, diseñando de modo más sustentables las fábricas y los procesos productivos, utilizando energías verdes, realizando actividades de reciclaje en la empresa, etc.
Promoviendo prácticas de agricultura sostenible y reciclaje.
Implantando en la empresa prácticas que promuevan el equilibrio entre el desarrollo profesional y la vida personal, como: horarios flexibles, flexibilidad en espacio físico a través de la conectividad, ambientes agradables, políticas de igualdad entre hombres y mujeres.
Aquellas empresas que entienden su responsabilidad y quieren comprometerse con alguna causa de forma continua y sostenible, trabajan la Responsabilidad Social Corporativa en la intersección de tres variables: los intereses de la empresa, los problemas sociales y los valores familiares.
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